viernes, 20 de junio de 2008

La despedida con lágrimas de cocodrilo

En cierta ocasión un buen profesional que había hecho impecablemente su trabajo era despedido de la universidad pública. Se trataba de una institución en la que había cotilleos, mobbing, golpes bajos, destinos más que dudosos de los fondos públicos... en fin, que el profesional desentonaba, porque había saneado su departamento y puesto en evidencia a más de uno.

Para los dirigentes era ciertamente traumático dar por terminada la relación laboral puesto que eran conscientes que eliminaban a uno de los activos del capital humano de la institución (tenía contactos, una posición en su ámbito de trabajo, etc.). Prueba de ello es que el profesional ya había pactado su incorporación a otra empresa, que había estado siempre pendiente del acoso que sufría en aquella universidad. Al final, le tocó a un vicegerente encargarse de hablar con el profesional que se iba.

El vicegerente, consciente de que tenía ante sí a una “vaca sagrada”, optó por endulzar la despedida con promesas de dudoso cumplimiento, y le habló de encargar proyectos a la nueva empresa donde iba, puesto que era muy competente, puesto que él estaría en ella... en resumen, que optó por la adulación típica de las personas poco creativas que, incapaces de aportar nada nuevo a la institución, vaya usted a saber cómo han llegado donde están. En cambio, la respuesta de nuestro profesional, hizo historia.

1. ¿Qué hubiera respondido usted en tal situación?
2. ¿Con qué fin?
(Indicación: aplique el análisis estratégico de la retirada como maniobra)
(Dificultad: alta)

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